El tratamiento de conductos, a menudo denominado terapia endodóntica, es un procedimiento odontológico destinado a salvar un diente gravemente dañado o infectado.
Un paso crucial en este procedimiento es la obturación del conducto radicular, que consiste en sellar y proteger los conductos radiculares limpios y formados. En este artículo, vamos a explorar el proceso de cómo el tratamiento de conductos radiculares de llenado se lleva a cabo.
1. Limpieza y conformación de los canales:
Antes de discutir el proceso de llenado, es esencial para entender los pasos iniciales. Durante un procedimiento de conducto radicular, el dentista elimina primero la pulpa infectada o dañada del interior del diente.
A continuación, los conductos radiculares se limpian meticulosamente y se les da forma utilizando instrumentos especializados. Este paso crucial garantiza la eliminación de todas las fuentes de infección.
2. Selección del material de obturación:
Una vez preparados los conductos radiculares, el siguiente paso es seleccionar el material de obturación. El material más comúnmente utilizado para el tratamiento de conductos radiculares de relleno se llama gutapercha.
La gutapercha es un material biocompatible similar al caucho que es termoplástico, por lo que es una opción ideal para sellar los conductos radiculares con eficacia.
3. Relleno de los conductos:
El dentista utiliza gutapercha para rellenar los conductos radiculares limpios y formados. Este material se calienta y se coloca en los conductos cuando aún es maleable.
Se adapta a la forma de los conductos, asegurando un ajuste perfecto y sellando cualquier espacio potencial donde las bacterias podrían volver a entrar en el diente.
4. Sellado del orificio de acceso:
Una vez obturados los conductos, se sella el orificio de acceso en la corona del diente. Para ello se utiliza un material de obturación temporal o permanente.
En algunos casos, se recomienda colocar una corona dental para fortalecer y proteger el diente tratado, especialmente si durante el procedimiento se eliminó una parte importante de la estructura del diente.
5. Radiografías posteriores al tratamiento:
Para garantizar la finalización con éxito del tratamiento de conductos radiculares, se pueden tomar radiografías posteriores al tratamiento.
Estas radiografías confirman que el material de obturación está bien colocado y que los conductos están sellados eficazmente, reduciendo el riesgo de reinfección.
Conclusión:
La obturación del conducto radicular es un paso crucial en el procedimiento global del conducto radicular. Implica la colocación precisa de gutapercha para sellar y proteger los conductos radiculares limpios y formados, evitando nuevas infecciones.
Este proceso, combinado con el sellado adecuado de la abertura de acceso, ayuda a salvar un diente dañado y restaurar su función.
Si experimenta un dolor de muelas intenso o sospecha que puede necesitar una endodoncia, es esencial que consulte rápidamente a un dentista cualificado. Una intervención temprana puede evitar complicaciones dentales mayores y ayudarle a mantener su sonrisa natural y su salud bucal.